La Pirámide de las necesidades o motivaciones humanas es una teoría desarrollada por Abraham Maslow en 1943.
Según Maslow existe una jerarquía de necesidades humanas. Cuando consigues satisfacer las necesidades de un peldaño, avanzas hacia el siguiente y así sucesivamente.
Aunque según mi experiencia personal, las necesidades de tipo más emocional no siempre surgen en jerarquia y de forma lineal... en diferentes etapas de la vida, das más prioridad a unas u otras, a veces incluso, te pueden hacer entrar en contradicciones que crean tensiones internas.
El primer peldaño, la base de la pirámide, son las necesidades físicas, las básicas para poder sobrevivir. Poder respirar, beber agua, comer, dormir y descansar, poder mantener la temperatura corporal constante (disponer de ropa de abrigo o de un lugar cálido donde estar), etc.
A continuación normalmente priorizamos, la seguridad y la protección. Poder tener salud, y recursos para sentirnos seguros (una casa, un coche, dinero, etc.).
El tercer peldaño incluye las necesidades de afiliación, de pertenecer a un grupo. Poder sentirte aceptada socialmente, tener amigos, pareja o una familia. Ser parte de algo.
Los humanos, igual que los caballos somos seres sociales, de manada. A veces nos aislamos, básicamente debido a malas experiencias del pasado.
Pero, aunque todos necesitamos momentos de recogimiento e introspección, nuestra naturaleza es social.
Necesitas al grupo para poder desarrollarte a través de la interacción.
El cuarto peldaño, es la necesidad de reconocimiento.
La clave para poder desarrollar la Autoestima.
Existen dos tipos de necesidades de estima:
- La estima alta se refiere a la necesidad del respeto a uno mismo. Incluye la confianza, la competencia o maestría en algo, la consecución de logros, la independencia y la libertad.
- La estima baja se refiere al respeto de los demás. El poder recibir atención, aprecio, y reconocimiento. Conseguir una reputación, un estatus, una dignidad, o incluso fama y gloria.
El éxito en la vida puede incluir cosas diferentes para cada persona, pero siempre está relacionado con conseguir unos objetivos (logros) y un reconocimiento y/o respeto por ello.
La punta de la pirámide, el quinto peldaño, es la Autorrealización.
La necesidad de poder ser quien eres realmente.
Encontrar eso que da sentido a tu vida. Tu propósito. Lo que hará emerger paz interior y alegría.
Es el estado donde surgen las preguntas más filosóficas y espirituales, para descubrir el para qué estoy aquí.
Para poder tomas acciones con sentido, sacar esos dones que llevamos dentro y por fin, poder mostrarlos al mundo.
Esta etapa ya no está tan relacionada con lo que quieres recibir, sino con lo que vienes a dar, esa huella que quieres dejar en el mundo.
Poder transmitir con toda tu experiencia vital eso que ya has integrado en tí, y que ahora, ya se puede compartir desde otro lugar.
Cuando inicias el camino de satisfacer tus necesidades emocionales, es importarte construir una base sólida, que te permita tomar la dirección hacia la Autoestima y la Autorealización.
Si no has construido un discurso interno sólido, si lo que te dices a ti misma te limita, si no has desarrollado una autoestima independiente y libre, es muy difícil que puedas materializar aquello que quieres dar en todo su esplendor, y que te conectes a la abundancia. Puedes conseguir cosas, pero lo harás desde el "modo lucha", con mucho esfuerzo y sacrificio.
El primer paso, y el más importante, es empezar a tomar consciencia de lo que te mueve por dentro y así, poder empezar a modificar aquellos patrones que te impiden empoderarte y creer en tí de verdad.
La vida se mueve en ciclos. No siempre necesitas las mismas cosas. Por lo que saber escucharte, para poder tomar acciones con sentido es la clave de una vida plena.
Lo que te hacía feliz en el pasado, no tiene porque hacerte feliz hoy. Por lo que una muy buena práctica es ir revisando periódicamente lo que te mueve, a través de la escucha activa de lo que sientes.
En los momentos de cambio emocional interior, es muy importante que estés acompañada.
Solo solemos ver lo que queremos ver, es como un mecanismo de autoprotección muy conservador, que nos hace verlo todo con un filtro determinado, con un color determinado.
Un observador externo puede acelerar el proceso de salir del bucle, y si se trata de caballos, ni te cuento. Son muy claros, y no juzgan.
Es revelador descubrir como nos ven ellos en cada momento.
Un sincero abrazo,
Elena