La semana pasada disfrutamos de las jornadas de voluntarios 2022.
El objetivo de este año, ayudar a restablecer el equilibrio y biodiversidad en uno de los prados de la finca, muy afectado por una plaga de plantas llamadas Rumex Crispus.
No se si seré capaz de expresar todo lo vivido, pero voy a intentar hacer un resumen.
Cada 2 o 3 días, se producia un relevo de personas, de forma natural, fluyendo...
Era muy curioso observar como se producian multitud de sincronicidades entre los diferentes grupos.
Personas que no se conocían, pero que conectaban al momento entre ellas, generando una energía preciosa de propósito común, apertura, disfrute y conexión con la naturaleza.
Otras, que descubrian que el trabajo en el campo no era para ellas, o que no era momento de compartir esta experiencia.
Todas se llevaron aprendizajes. Yo también.
La tierra funciona como las personas. O al revés. Las personas funcionamos como la tierra. Lo que ves fuera, es un reflejo de lo que hay dentro. Si consigues equilibrar la tierra por dentro, lo que aparecerá en su superficie también estará en equilibrio.
Trabajar en la tierra, te conecta con la vida.
Tomar tierra, ayuda a encontrar respuestas a preguntas que estaban en el aire… como en una meditación activa.
Algunas personas han comentado como la experiencia también les ha ayudado a descargar tensiones, conectar a un nivel más profundo con la tierra, y a través de ella, con sus propias raíces.
Todavía no hemos conseguimos acabar de limpiar todo el prado de la plaga, pero hemos limpiado más de la mitad.
Seguramente seguirán existiendo estas plantas durante mucho tiempo, pero estamos consiguiendo cambiar la tendencia.
Reducir su número poco a poco, y estoy convencida de que en algún momento conseguiremos llegar a un equilibrio donde la convivencia sea posible.
... Aunque aún no se cuanto tiempo tardaremos...
Esta semana estoy observando que, con las últimas lluvias, la hierva crece con mucha más fuerza, veo como la tierra se ha des-compactando y es más fértil.
Así que seguiremos favoreciendo más y más biodiversidad, equilibrio y vida en los prados de la finca, con acciones de mantenimiento y siembra directa.
Y compartiendo la experiencia con quien resuene con ella.
Observar, investigar, preguntar... dejarte sentir... diseñar una estratégia y un plan de acción... volver a sentir... y cuando ves el camino claro… ACTUAR.
Siempre se obtienen mejores resultados con una acción, aunque sea imperfecta, que con la no-acción.
Cada acción genera una experiencia de la que seguir aprendiendo, para poder adaptar la estrategía y el plan de acción... y cuando lo sientas, volver a actuar.
Detrás de cada obstáculo, siempre hay un regalo.
Pero para poder ver ese regalo, primero tienes que abrirte a nuevas posibilidades, atreverte a actuar, y confiar en que lo que pasa después, siempre pasa por algo.