«Una experiencia bella y emotiva, donde vivir en primera persona la fuerza de la conexión, la complicidad y la compenetración entre humanos y caballos».

El pasado 22 de agosto repetimos Jornada de Puertas abiertas en La Plana Gran.

Doce participantes tuvieron la oportunidad de desconectar del estrés diario y reconectar con la naturaleza y los caballos.

En esta ocasión propusimos dinámicas para explorar la cooperación y el trabajo en equipo.

Los participantes iniciaron la jornada acercándose a la manada de caballos con prudencia y lentitud… observando con atención su comportamiento y entrando de una forma natural en un estado de presencia y relajación. Sin prisas, fueron sintiéndose cada vez más confiados,  conectados con los caballos y estableciendo vínculos de reconocimiento mutuo.

A continuación, empezamos dinámicas en las que tenían que conseguir pequeños retos en grupos de 3-4 personas y un caballo.

En la primera actividad apareció la frustración. Los participantes comentaron que los retos eran imposibles y manifestaron las dificultades encontradas para comunicarse y coordinarse entre ellos.

Después de una reflexión sobre como habían afrontado esta primera actividad y los resultados que habían obtenido, iniciamos una segunda actividad. ¡El cambio de actitud en los equipos fue sorprendente!

Cuando los participantes entraron en coherencia, manifestando una misma intención, sintiéndose parte indivisa del grupo, mejoraron sustancialmente la efectividad de su comunicación y organización. En ese momento, los caballos empezaron a cooperar como un miembro más del equipo, parte de la misma burbuja de energía, lo que hizo que se consiguieran los retos de forma fluida y suave, sin tiranteces.

A partir de aquí todo siguió fluyendo en las siguientes actividades hasta el final de la jornada.

Aparecieron guías emocionales propuestos por los participantes para guiar las actividades: el amor, el coraje y el angel-confianza.

Una experiencia bella y emotiva, donde vivir en primera persona la fuerza de la conexión, la complicidad y la compenetración entre humanos y caballos. Una combinación de apertura- juego y también de profundidad en el sentir.

Gracias a los participantes por su entusiasmo, alegría y predisposición a jugar y explorar el Modo Caballo.

Gracias a los caballos por su empatía y amor.