Cuando pienso en crecer personal y profesionalmente, me acuerdo de mi época en gestión de proyectos. Tenía un lema gravado a base de muchas experiencias y errores.

Cuando se trata de implementar un cambio, la clave son las personas.

Para que un cambio tenga éxito, y se mantenga en el tiempo, es necesario que exista una buena solución técnica, que solucione el problema en cuestión o proporcione los beneficios que promete.

Pero, a menudo, iniciativas con grandes ideas y soluciones técnicas perfectas fracasan.

¿Por qué?

Porque con frecuencia no se ha tenido en cuenta “el factor humano” suficientemente pronto en el proceso, y con toda la atención que requiere.

La fórmula mágica: E = Q x A

(Éxito = Calidad x Aceptación)

Somos seres emocionales que piensan. Las emociones existen,  son reales, sean o no aceptadas. Y te lo creas o no, son las que provocan las decisiones importantes, aunque posteriormente se justifiquen con argumentos racionales.

Las emociones reconocidas y aceptadas nos dan información valiosa. Se procesan como una ola. Suben para llamar nuestra atención, y cuando se recibe el mensaje, bajan y desaparecen.

Para poder aceptar y procesar emociones es clave tomarse un respiro. Parar un momento para dejar que la ola nos transmita su mensaje.

Pero cuando se duda o se bloquea una emoción, está se va a un archivo de temas pendientes. El archivo de emociones no procesadas o no reconocidas está en el sistema límbico del cerebro.

Esa parte subconsciente que condiciona el 95% de nuestro comportamiento y decisiones.

Y las creencias derivadas de esas experiencias-emociones pasadas, reconocidas o no, influencian todas las experiencias presentes y futuras.

 Es así, tal cual.

Para poder avanzar, personal y profesionalmente, es muy aconsejable tomar responsabilidad sobre las propias emociones.

La emoción nos da información, y la información es poder.

 Cuando se toma consciencia, se acepta y se entiende el mensaje de la emoción, también se pueden elegir esas acciones que provocarán resultados diferentes.

La capacidad creadora se amplia cuando se amplia el nivel de consciencia desde el que se está creando.

Si no se puede solucionar un problema desde una visión determinada, si que se puede ampliar el campo de visión de ese mismo problema. 

Todo es cuestión de mentalidad y creencias.

Los caballos ayudan a ampliar el campo de visión.

Para poder ir más allá.

Para poder elegir.

Para poder crecer personal y profesionalmente.

Resumen
Crecer personal y profesionalmente
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Crecer personal y profesionalmente
Descripción
Un recorrido por el mundo de las emociones reprimidas y no trabajadas dentro de los procesos de trabajo.
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La Plana Gran
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