Apertura, apertura… ¡La Plana Gran ya mira al río!
Por fin, después de varios días de trabajo intenso, hemos terminado el despeje y limpieza de la jungla-enmarañada que había entre la Masía de la finca y el rio.
Ha aparecido un nuevo bancal, precioso, amplio y rodeado de muros de piedra.
Empieza a circular el aire y por fin, entra la luz del sol.
Ha sido un trabajo físicamente duro, pero también reflexivo-meditativo.
Cuando te focalizas en cada movimiento que haces, en cada rama que cortas y apilas, en cada trozo de tierra que desbrozas, te vas nutriendo más y más de la naturaleza… y vas conectando más y más con ella.
Igual que hemos despejado el bosque, se puede despejar la mente.
Puedes observarla, sin juicios, y descubrir que efecto te provocan tus pensamientos:
¿te limitan o te expanden? …
¿te relajan o te agitan?…
¿te producen alegría, enfado o tristeza?…
Pensar que no eres suficiente o focalizarte en lo que hacen otros, no te lleva a dónde sea que quieras llegar.